En la Universidad de Quebec en Trois-Rivières, los estudiantes internacionales enfrentan importantes desafíos de adaptación y financieros. Muchos de ellos admiten que integrarse puede ser complicado, enfrentando el aislamiento y la distancia de sus familias y culturas. Además, deben lidiar con altos costos de matrícula y de vida, que superan los 20,000 dólares anuales. Esta situación los lleva a buscar soluciones como la vivienda compartida, aunque encontrar un lugar adecuado antes de su llegada es casi imposible.
Para algunos, los alquileres pueden ser abusivos, comparando ciertos alojamientos con “celdas de prisión” que cuestan hasta 500 dólares al mes. La carga económica se complica aún más porque, aunque los estudiantes pueden trabajar 20 horas a la semana, no siempre es suficiente para cubrir todos los gastos.
Para apoyar a estos estudiantes, la universidad ha creado programas como Mosaïque, que facilita su integración social y adapta los servicios de apoyo. Según las autoridades universitarias, aunque se han realizado mejoras, siempre habrá áreas que se pueden optimizar para atender las necesidades de los estudiantes internacionales.
A pesar de las dificultades, muchos estudiantes afirman que la experiencia vale la pena. Destacan la amabilidad y el ambiente de la universidad, señalando que, aunque los retos financieros son un obstáculo, su satisfacción general es alta.
En busca de entender mejor esta realidad, se lanzó hoy en Quebec una encuesta sobre la salud mental de los estudiantes universitarios. Los resultados, que estarán disponibles después del 22 de noviembre, ayudarán a diseñar mejores servicios para estos jóvenes que estudian lejos de sus países.
Fuentes: Cassandre Forcier Martin. Radio-Canada
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